A la izquierda mi compadre Antonio Tormo |
El año pasado no pudimos conseguir pernil a pesar de los pesares. Sin embargo disfrutamos la Navidad consumiendo además de las Hallacas, el Pan de Jamón y otros manjares, con unos exquisitos Chorizos Criollos y un Lomo de Cerdo espectacular que nos enviara nuestro compadre Antonio Tormo desde su finca en Olavarría, Provincia de Buenos Aires, Argentina.
Arreando ganado en "El Mocho" |
En su finca llamada “El Mocho” en la que se dedica a la producción de ganado vacuno y que en realidad no es una finca sino una “estancia”, todos los diciembres carnean “chanchos” así les llaman allá a los cochinos. En esa época faenan su carne y obtienen una variedad asombrosa de subproductos que consumen todo el año.
Un singular manjar, el Queso de Cerdo |
Desde chorizos y morcillas hasta un fiambre exquisito que llaman “Queso de Cerdo”. Muchos de estos productos son sometidos a un proceso artesanal de ahumado para su conservación. El compadre jamás comercia con estos productos; los destina al consumo familiar y de sus amigos.
Mi compadre participando en la elaboración de chorizos |
El fin de semana pasado se comunicó telefónicamente con mi hermana Marta y le adelantó que van a carnear un “chancho” grande, a varios capones y algunos lechones que luego de adobados correctamente se cuecen al horno durante largas horas y son el plato fuerte para la mesa de Navidad.
Lechón adobado al horno |
Nuestra clásica Hallaca |
En esta oportunidad, además de enviarnos saludos y prometer que próximamente se comunicará conmigo, no dijo nada más; sin embargo sé, que Antonio si tiene oportunidad nos mandará algún manjar como lo hizo el año pasado con un gentil portador que llegó antes de las Navidades. Al retornar aquel joven para su tierra en los primeros días de enero, justamente el Día de Reyes, llevó para el compadre y su familia cuarenta inmejorables Hallacas que hiciera mi mujer y mi hija ambas llaneras de pura cepa y que se las alcanzamos a Maiquetía todavía calentitas.
El compadre quedó encantado con nuestro tradicional manjar y dijo gentilmente que nunca había comido nada tan sabroso. Esperamos para estas navidades que ya están a la vuelta de la esquina, disfrutar familiarmente entre amigos como otrora. Aunque estamos geográficamente lejos los lazos de amistad nos unen perenne y fraternalmente en todo momento.
Me despido de ustedes amables lectores y a esperar pues las navidades, fecha para compartir y festejar. Todavía me pregunto: ¿Comeremos cochino esta Navidad…? Yo creo que sí…, Dios dirá, además la esperanza nunca se pierde…
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