un espacio cultural que conecta con el resto del mundo a nuestro estado y región...

Bienvenidos amigos todos...Es nuestra modesta intención que el presente BLOG sirva al colectivo guariqueño para dar a conocer al resto de Venezuela y al mundo, todo aquello que exalte nuestra cultura, valores humanos, inquietudes y proyectos.

De la misma manera nuestro blog estará siempre dispuesto a difundir, a Venezuela y al mundo, los valores propios y universales de nuestra condición humana y social...

JUAN YÁÑEZ, les saluda y les da la bienvenida desde nuestro modesto rincón en San Juan de los Morros, la capital del Estado Guárico, en Venezuela.

LA JUEZ MARÍA LOURDES AFIUNI



Si esto es cierto es muy grave, triste. También es un aberrante y cobarde ensañamiento contra una indefensa mujer...
Será que aquellos que cometen estos incalificables delitos no han nacido en el vientre de una mujer, su madre. Tampoco han amado en su juventud a una novia, nunca tuvieron esposa ni tampoco tienen hijas. No podemos ofender tan gratuitamente a una mujer. Algún día el cielo se nos caerá encima sin remedio. Ofender así, es ofender a Dios sin la menor duda...

ES PREFERIBLE SOPORTAR UNA INJUSTICIA QUE COMETERLA.  SÓCRATES


La violencia contra la mujer tiene nombre en Venezuela: Juez María Lourdes Afiuni
Por: Hernán Papaterra
La ahora muy conocida juez María Lourdes Afiuni, actualmente confinada en el llamado Internado Judicial de Mujeres, en Los Teques, estado Miranda, presuntamente en proceso de enjuiciamiento judicial por desempeño de sus funciones al frente del Tribunal 31º de Control, en uno de cuyos actos supuestamente legítimo dictó medida de libertad condicional a favor de un detenido, víctima presunta de retardo procesal inexcusable. Al parecer la doctora Afiuni se atuvo a lo dispuesto en el Código Orgánico Procesal Penal venezolano que establece que un juez puede revocar unilateralmente una detención y en cualquier momento.
Lo objetivo del caso Afiuni es el reclamado infamante maltrato al que viene siendo expuesta, tanto la juez enjuiciada como sus familiares, dentro y fuera del ente reclusorio, incluso en el Tribunal que lleva su causa,  por parte de diferentes entidades representativas del Estado venezolano. Trato –maltrato- que representaría un auténtico ultraje a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, donde uno de  los considerandos clave establece que “la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”.
Las luchas reivindicativas de las mujeres siempre han pretendido – y lo han logrado con el concurso de los hombres- que se les trate como seres humanos, para que se les respete el pleno reconocimiento de los derechos fundamentales. Es decir, han reivindicado no ser sometidas a torturas, tratos crueles, inhumanos o degradantes, a la inviolabilidad en el hogar, a la libertad de expresión y de opinión, a la integridad física, a la integridad de sus cuerpos; derecho de participar en la conducción de asuntos políticos, a elegir y ser elegida; el derecho al trabajo, a condiciones laborales justas y favorables, a un salario justo, a la seguridad social, a un nivel de vida apropiado, a la educación, a la cultura.
En el país es notoria ya la existencia de la violencia contra las mujeres por el propio Estado y la falta de atención sobre el incumplimiento de los deberes del Estado respecto al tema. La legislación latinoamericana define como violencia institucional contra las mujeres “los actos u  omisiones de las y los servidores públicos de cualquier orden de gobierno que discriminen o tengan como fin dilatar, obstaculizar o impedir el goce y ejercicio de los derechos humanos de las mujeres así como su acceso al disfrute de políticas públicas destinadas a prevenir, atender, investigar, sancionar y erradicar los diferentes tipos de violencia”.
El informe “Acceso a la justicia para las mujeres víctimas de violencia en las Américas” publicado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en enero de 2007, afirma que “las mujeres víctimas de violencia frecuentemente no obtienen un acceso a recursos judiciales idóneos y efectivos al denunciar los hechos sufridos, permaneciendo la gran mayoría de estos incidentes en impunidad, y por consiguiente quedando sus derechos desprotegidos”
El ensañamiento contra la Juez María Lourdes Afiuni no parece tener límites. El acoso y vejación es permanente, en opinión de sus abogados y familiares. El pasado lunes 8 de noviembre 2010, la doctora Afiuni fue trasladada al hospital Oncológico para hacerse   exámenes que tiene pendiente. Para el traslado, vigilada por todo un contingente de funcionarios, le ajustaron las esposas de una forma que le causó daños en las manos, la llevaron en una camioneta a una velocidad inapropiada, igualmente esposada. Luego en el consultorio del hospital, los custodios pretendían quedarse para observar el examen ginecológico, que como se sabe es la realización de la citología vaginal en la mesa especializada.
Antes  el domingo 7 de noviembre 1010, durante la visita, los atropellos y acoso contra los familiares de la juez Afiuni habrían sido  humillantes y desconsiderados. Los enseres, y la ropa que le llevaba  su hija fueron dañados. La  comida contaminada al abrir los envases y meterle palillos largos, sin ningún tipo de medidas higiénicas. En el caso de la leche en polvo ésta le fue derramada sobre la ropa limpia teniendo que llevársela de regreso.
Este 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, así declarado por el Sistema de Naciones Unidas. Es una valiosa oportunidad para renovar el compromiso de luchar por una vida libre de ataques contra el bienestar físico y emocional de la mujer.
La situación ignominiosa que sufre la juez María Lourdes Afiuni en la República Bolivariana de Venezuela es de la misma condición y naturaleza que vivieron las tres hermanas Mirabal que, finalmente, fueron violentamente asesinadas en la República Dominicana por su activismo político. Las hermanas, conocidas como las "mariposas inolvidables" se convirtieron en el máximo exponente de la crisis de violencia contra la mujer en América Latina, origen del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.