En lugares casi inaccesibles de nuestro país, más allá de los ríos y llanuras, sobre las macizas paredes rocosas, ciertos signos asombran al viajero. Espirales, círculos, puntos, líneas, manos, animales, figuras humanas, símbolos abiertos a múltiples interpretaciones, aparecen como testimonio de la vida de los pobladores originales de nuestro territorio.
Estos hombres con culturas perfectamente adaptadas al entorno que les tocó en suerte habitar, tuvieron el tiempo y la necesidad –humana- de dejar un rastro de su vivir, un vivir marcado por rituales, un vivir religioso.
A nosotros hombres del siglo XX, que nos hemos distanciado de lo ritual y lo sagrado de nuestras propias tradiciones, estas pinturas rupestres nos hablan de un vivir perfectamente ligado a la naturaleza, el trabajo diario y el paisaje, un vivir en y con el mundo. También nos muestran nuestra ineludible e intrínseca necesidad de reconectarnos, de algún modo, con esas formas que solo lo mítico-religiosos puede darle a la vida.
Esta exposición, integrada por un amplio registro de nuestras pinturas rupestres, que debemos a la apasionada investigación de Roberto Colantoni y Lelia Delgado, tiene como fin acercar al espectador, desde lo más remoto del espacio y el tiempo, a estas pinturas, creando, a la vez, una memoria de astros y huellas, de dibujos e imagines primordiales de los pobladores originales de estos territorios que ahora habitamos.
Es también un modo de celebrar los quinientos años del encuentro de dos mundos, rescatando la valiosísima y –aún- secreta que a nuestro vivir han hecho esos hombres cuyos símbolos hoy contemplamos.
Galería de Arte Nacional Tomado de Formas del Inicio. La pintura Rupestre en Venezuela. Marzo-Mayo 1992. (1992 Fundación Galería de Arte Nacional)
(Las fotografías fueron tomadas por Roberto Colantoni y corresponden al trabajo de campo y la investigación en el área de la pintura rupestre en Venezuela)
no entendi nada
ResponderEliminarGracias por la informacion
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